martes, 10 de enero de 2012

Los sueños lúcidos


Los sueños lúcidos son aquellos sueños en donde sabemos que estamos soñando mientras vivimos la experiencia. Esta realización, saber o "darnos cuenta", nos permite actuar deliberadamente en nuestros sueños, con la confianza de saber que nada nos puede ocurrir dado que estamos soñando. Por este motivo es que también son conocidos como "sueños conscientes".

Generalmente pasamos por la vida sin cuestionarnos acerca de la naturaleza de la realidad que experimentamos, y reaccionamos mecánicamente según nuestros condicionamientos previos a los desafíos que se nos presentan. Durante la noche cuando dormimos y soñamos, continuamos con esta rutina y reaccionamos ante los hechos y objetos oníricos como si fueran absolutamente "reales", perdiéndonos la oportunidad de disfrutar y explorar todo el potencial del mundo de los sueños con completa libertad.

En 1953, Aserinsky y Kleitman descubrieron que los sueños tendían a producirse en fases marcadas por movimientos oculares rápidos. En 1959, Michel Jouvet notó que, en esos periodos, las ondas registradas en un electroencefalograma eran comparables con las de la vigilia. Para referirse a ellos acuñó el término sueño paradójico, que se caracteriza por una atonía muscular. Sólo los ojos, las extremidades de los miembros y los músculos responsables de la respiración y de la circulación sanguínea no se paralizan.

La existencia del fenómeno sólo se podía demostrar mediante señales enviadas voluntariamente al sujeto dormido. En ese sentido, William Dement y H. P. Roffwarg habían demostrado que la dirección de los movimientos oculares registrados durante el sueño paradójico coincidía a veces con la orientación de la mirada en el sueño, como se había registrado en los informes de los sujetos. Esta constatación brindaba la llave de la comunicación desde el estado de sueño lúcido ya que posibilitaba acordar una secuencia específica de movimientos oculares que el sujeto enviaría durante un sueño lúcido y que se registraría mediante una prueba de polisomnografía.
Con base en lo anterior, el de 12 abril de 1975 se produjo la primera prueba del sueño lúcido por Keith Hearne en la Universidad de Hull en el Reino Unido. Su sujeto, Alan Worsley, señaló la toma de conciencia en un sueño mediante un código ocular acordado de antemano. Estas señales se registraron durante una fase de sueño paradójico. Así se demostró que era posible ser consciente en medio de un sueño.

El primer artículo en una revista científica reputada sólo se publicó en 1981 y su autor Stephen LaBerge de la Universidad de Stanford, realizó independientemente una demostración para su tesis de doctorado.

Se han sugerido varias pistas sobre las aplicaciones terapéuticas y psicológicas del sueño lúcido, como el tratamiento de las fobias o del trastorno por estrés postraumático.





Y desde Cuerpo y Mente os proponemos que probéis ésta experiencia desde vuestra casa. ¿Cómo? Pues según algunas opiniones estas son las instrucciones que suelen funcionar:

  1. El momento más propicio para tenerlos se encuentra en las dos últimas horas de sueño.
  2. Ponemos el despertador unas dos horas antes de la hora habitual a la que nos solemos levantar. Por ejemplo a las 5 si nos levantamos a las 7 de la mañana.
  3. Nos levantamos y salimos de la cama, esto es muy importante si queremos tener un mayor porcentaje de éxito.
  4. Realizar durante al menos 30 minutos una actividad que requiera esfuerzo intelectual, como leer, conectarnos a Internet, hacer sudokus…
  5. Después escribimos en un papel unas cuantas veces “la próxima vez que sueñe, recordaré lo que estoy soñando”.
  6. Cuando nos acostemos de nuevo repetiremos mentalmente esa misma frase hasta quedarnos dormidos.

Con estos pasos dos de cada tres veces puede lograrse un sueño lúcido según estudios científicos de la Universidad de Stanford.
Y bien, ¿a qué esperas para tener tu propio sueño lúcido, donde seas tu el que controla lo que ocurre?

No hay comentarios:

Publicar un comentario