Seguramente todos coincidiremos en que el sabor nada tiene que ver con la presencia, una de esas manzanas que no son de producción ecológica se presentan perfectas, sin embargo, el sabor es muy inferior al que pueda ofrecer una manzana de cultivo ecológico cuyo aspecto no sea tan perfecto.
También podemos decir que son más nutritivas y presentan mayores contenidos de vitaminas y minerales.
Una de las grandes ventajas de los alimentos ecológicos, es el no haber sido tratados con pesticidas ni antibióticos, de este modo evitamos que nuestro organismo se convierta en un almacén de residuos tóxicos y podamos desarrollar un determinado cáncer, incidencias de alergias relacionadas con ciertos productos químicos, etc. Algunos pesticidas se llegan a incorporar en el alimento y no se eliminan.
Estos alimentos tampoco utilizan aditivos sintéticos, que pueden provocar problemas en la salud como insuficiencias cardíacas, osteoporosis, migrañas e hiperactividad.
Por último, en lo referente a la modificación genética, apuntamos la carencia de conocimientos de las posibles reacciones de nuestro organismo ante una nueva estructura molecular. Además, tampoco existe una garantía 100% de que no puedan representar un peligro para nosotros.
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